Posteado por: victordetord | 23 marzo, 2010

En la puta calle

Dentro de lo que vendrían siendo rareces y chorradas, he observado cierto comportamiento entre las gentes de Santa Barbara e Isla Vista –tan diferentes entre sí por edad o raíces pero tan jodidamente patriotas todos– que nunca deja de sorprenderme por mucho que ya me haya acostumbrado.

No sé si es algo común en el resto del estado, y mucho menos si podría hacerse extensible al resto del país, pero, seas republicano, ateo o demócrata, soltero, jubilado o padre de familia, tu jardín esté nevado, asfaltado o en flor, esto de que, estando en tu propia casa, decidas salir a la calle a fumarte un pitillo, francamente, no lo entenderé nunca. Eso sí, a ver quien es el guapo que se deja ver cuando se trata de inhalar otras sustancias. No como en España que a los niños les dan chocolate en la puerta del colegio, o eso dicen algunas madres, y que de todos es sabido que nos importa tanto el sistema que viva la pepa y maricón el último. Así nos va, por otra parte.

Pero en fin, dejemos la picaresca y la política a un lado porque comen a parte y volvamos al asunto que nos atañe. Los californianos, tan liberales ellos, resulta que customizan sus portales con ceniceros –alguno mola un huevo– y si llueve, impermeable y a drogarse, oiga. Yo lo vería lógico cuando, obedeciendo a ciertas normas de educación, uno optase por excusarse durante breves minutos en caso de hallarse en el salón del típico que no soporta el olor. Incluso aceptaría el paseo de buena gana con tal de evitar a una parienta descontenta, a un compañero de piso rencoroso o a un crío metomentodo. Pero bajo el techo que uno mismo ha pagado, lo menos que se puede hacer es apagar las colillas en el geranio si se desea, mano en la entrepierna y pies sobre la mesa al más puro estilo Al Bundy, digo yo.

¿Se debe acaso a que el vicio es visto como tal, con todos sus demonios, y no como un acto normalizado y más bien social, por lo que la vergüenza debe de llevarse en solitario? ¿O se trata simplemente de practicidad, pues todas las casas, al ser de una o dos alturas tienen el rellano al alcance de las zapatillas? Espero que los newyorkinos, por poner, no se peguen cinco pisos de ida y otros tantos de vuelta para echarse un pito porque, entonces, este país debería de haber implosionado hace tiempo.

He preguntado a qué se debe semejante fenómeno pero, de momento, nadie ha sabido explicármelo. Tranquilos, seguiré investigando.


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